Catherine Susan Genovese, a quien llamaban cariñosamente Kitty, en el momento
de su asesinato tenía 28 años y regentaba un bar en la Avenida Jamaica,
en el barrio residencial de Queens. Vivía en un apartamento
en el mismo Queens.
Cuando Kitty regresaba del trabajo ese 13 de marzo, sobre
las 3:15 de la madrugada, aparcó su coche junto al bloque de
apartamentos en el que vivía. Al salir del vehículo, un hombre se
abalanzó sobre ella y tras un breve forcejeó la apuñaló. Kitty gritó
pidiendo auxilio, y entonces varios vecinos del edificio encendieron sus
luces y se asomaron a la ventana a ver lo que pasaba. Parece que incuso
alguien llegó a decir desde lo alto "¡Dejen en paz a esa mujer!". Ante
eso el agresor aparentemente se marchó del lugar, o eso parecía...
Nadie
bajó a ayudar a Kitty. Estaba herida, pero nadie la ayudó. Las luces
que se habían encendido pronto se apagaron. Tambaleándose, casi a
rastras, Kitty dobló la esquina para dirigirse a su portal. Sin embargo,
de repente el agresor reapareció llevando el cuchillo en la mano, y la
atacó de nuevo. Esta vez los gritos de Kitty fueron auténticos alaridos
de desesperación: "¡Que me muero!, ¡que me muero!". Pero de nuevo la
historia se repitió. Algunas luces volvieron a encenderse, unas pocas
más que antes, y de nuevo se escucharon algunas voces disuasorias, esta
vez algo más contundentes. El agresor volvió a marcharse, pero pasaron
los minutos y nadie bajó a ayudar a Kitty, que estaba malherida. Peor
aun, nadie tuvo ni siquiera el detalle de llamar a la policía.
Prácticamente
desangrada y semi-inconsciente, Kitty se arrastró hasta el hueco de un
bajo comercial, esperando que alguien fuera a ayudarla. Pero solo acudió
una persona... que desgraciadamente no era otra que el sádico
depredador dispuesto a rematar a su víctima. A la tercera lo tuvo más
fácil. Solo tuvo que seguir el reguero de sangre que Kitty había ido
dejando, y cuando llegó a su lado la apuñaló sin piedad varias veces,
hasta dejarla sin vida en el suelo. Pasaron aun varios minutos hasta que
la policía llegó al lugar del crimen. Al parecer un vecino, no sin
ciertas dudas, los había llamado diciendo que algo debía estar pasando.
El
asesinato de Catherine Genovese produjo una gran conmoción en el país, y
se convirtió en tema de controversia, sobre todo al conocerse que no
menos de 38 personas habían sido testigos de la agresión en alguna de
sus fases. Un total de 38 respetables ciudadanos vieron los ataques,
pero ni una sola persona acudió a ayudar a Genovese o llamó siquiera a
la policía, ¿porqué nadie hizo nada para ayudarla? Un editorial en la
prensa decía que "La ciudad ha dejado sin amigos a Catherine Genovese".
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Podeis llamarme Paranoico, pero la verdad es que se me viene a la cabeza esta desagradable escena cada vez que pienso en la sociedad actual, que se viene abajo, se derrumba y nadie parece querer hacer nada por cambiarlo, solo unos cuantos carroñeros que no piensan sino en aprovechar la debilidad para llevarse su trozo del pastel, para lanzar su cuchillo y que otros paguen por el magnicidio..
En fin, es realmente triste que simplemente lo dejemos pasar..
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